La arquitecta hondureña Ángela Stassano está contribuyendo al paisaje arquitectónico de Centroamérica con su investigación aplicada sobre diseños bioclimáticos. Con sede en San Pedro Sula, Honduras, sus proyectos se basan en técnicas patrimoniales locales para abordar las necesidades de los ambientes tropicales cálidos y húmedos. Stassano ha desarrollado su experiencia a lo largo de más de 30 años de investigación práctica, que culminó en una guía de arquitectura bioclimática que describe sus métodos de construcción en esta región. Uno de sus proyectos más notables, Las Casitas, es un complejo residencial que encarna esta investigación. El proyecto incluye múltiples casas tropicales energéticamente eficientes que aprovechan el clima local, lo que resulta en bajos costos operativos y de energía.
San Pedro Sula, ubicada en el Valle de Sula hacia el norte de Honduras, es la segunda ciudad más grande y el mayor centro industrial del país. La zona se caracteriza por un clima tropical cálido y húmedo que presenta desafíos y oportunidades para los profesionales de la arquitectura comprometidos con el diseño sostenible. Implantada a lo largo de la base de la montaña "El Merendón", la ciudad es conocida por su alta humedad, lluvias frecuentes y temperaturas constantemente cálidas. Durante un año, puede oscilar entre 28 y 35 grados centígrados y se caracteriza por dos estaciones: una estación húmeda con lluvias intensas, que a menudo provocan inundaciones repentinas y daños relacionados con la humedad, y una estación seca con altas temperaturas que provocan un uso extensivo de sistemas de refrigeración.
La filosofía de Stassano está profundamente arraigada en la arquitectura tradicional de San Pedro Sula, compuesta principalmente por casas de madera. Estas casas datan de principios del siglo XX y fueron influenciadas por estilos residenciales norteamericanos, adaptados a las condiciones de la costa norte de Honduras. Juntos, forman una tipología cohesiva que está presente en todo el complejo "Las Casitas", caracterizada por porches o pasillos cubiertos con ventanas de persianas, áticos ventilados, cimientos sobre pilotes que permiten el flujo de aire desde abajo y grandes voladizos que protegen todas las puertas y ventanas.
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7 Estrategias bioclimáticas aplicadas a las fachadas de la arquitectura tropicalSi se dominan las técnicas de arquitectura bioclimática en nuestro clima extremadamente húmedo, donde la gente suele pensar que el aire acondicionado es esencial, será más fácil aplicarlas y adaptarlas en otros entornos, como regiones tropicales más secas o más frías. - Ángela Stassano
En respuesta a estas condiciones, Stassano ha dedicado gran parte de su carrera a la investigación aplicada, desarrollada en colaboración con estudiantes nacionales e internacionales que se unen a sus talleres y recorridos para comprender mejor la arquitectura adaptada al clima. Frecuentemente visitan y viven en su complejo experimental llamado "Complejo Plaza Comercial Bioclimática Techos Verdes", a unos pasos de "Las Casitas", en un barrio llamado "El Barrial". Su misión ha sido encontrar técnicas adecuadas que funcionen en el contexto local y que al mismo tiempo sean fáciles de replicar y adaptar para reducir los costos de mantenimiento y energía con presupuestos relativamente bajos. Su estrategia implica varios principios clave que muestran cómo la arquitectura puede funcionar en sincronía con las consideraciones climáticas, empleando estas condiciones para mejorar la calidad de vida de los residentes.
"El concepto clave en los trópicos es la permeabilidad", dice Stassano, asegurando que en climas húmedos hay que dejar que los elementos fluyan. El aire estancado fomenta el crecimiento de moho y puede provocar el síndrome del edificio enfermo. De manera similar, bloquear el flujo natural de agua durante las tormentas puede causar graves inundaciones. Para contrarrestar esto, la primera estrategia fue levantar las casas del suelo, lo que resultó en varias ventajas. Los niveles de los pisos se basan en elevaciones de inundaciones pasadas, con alturas de pilotes en San Pedro Sula que oscilan entre 0,5 y 3 metros. "Anteriormente, la gente elevaba sus casas sobre pilotes y, cuando llegaban las inundaciones, se abastecían de alimentos y permanecían seguros en el suelo elevado. Algunas familias incluso disponían de una canoa para el transporte durante la temporada", explica Stassano.
Esta estrategia no sólo protege el hogar durante las inundaciones, sino que también tiene efectos secundarios positivos en cuanto al confort térmico en el interior. Los edificios elevados crean una zona fresca y sombreada debajo de la estructura. Esto contribuye a enfriar la placa del piso elevada y al mismo tiempo garantiza una ventilación adecuada. Durante condiciones secas, esta área fresca y sombreada abierta a los elementos proporciona un espacio esencial para reuniones y actividades familiares, permitiéndoles aprovechar al máximo el patio.
Sumado a esto, Las Casitas le da una vuelta a los tradicionales pilotes. En lugar de múltiples pilotes, los edificios se elevan sobre un gran pilar central hueco de hormigón. Las salidas de aire dentro de este pilar toman el aire fresco enfriado desde debajo de la estructura y lo llevan a los espacios interiores elevados. Para mejorar esto, los planos de planta abiertos con una banda superior permeable ayudan a mejorar el flujo de aire interior, asegurando una ventilación suficiente para evitar la acumulación de calor en el interior. Todos los espacios de la casa están concebidos para permitir esta circulación de aire, incluidos los armarios, que cuentan con puertas permeables mediante persianas o mallas para no obstaculizar el flujo de aire.
Una vez dentro, el aire fluye hacia arriba y es aspirado fuera de la casa a través de chimeneas de ventilación en el techo. Una pequeña sección elevada en el techo, con un espacio entre la estructura principal y una lámina translúcida, permite la ventilación y difusión de la luz natural. Esta configuración permite que escape el aire caliente, mientras que entra la luz solar indirecta, lo que reduce las sombras intensas y el deslumbramiento.
Complementando las estrategias en el interior, las paredes exteriores también pueden contribuir al confort térmico. Agregar elementos verdes que brindan sombra difusa a las superficies expuestas al sol y al mismo tiempo permiten que el aire fluya entre el elemento y la pared crea una versión tropical de aislamiento. Estas sencillas mamparas verticales se colocan a unos 20 cm de distancia de la pared. El espacio evita que se forme moho entre las capas y puede reducir significativamente el calentamiento de la pared, mejorando así las condiciones térmicas.
Por último, es importante recordar que los cambios bruscos de temperatura pueden impactar negativamente en la salud. El diseño en los trópicos tiene como objetivo crear zonas de transición térmicamente confortables mediante el empleo de jardines delanteros, porches o terrazas. Esto establece un gradiente térmico, ayudando al cuerpo a aclimatarse gradualmente a las diferencias de temperatura entre el interior y el exterior. Además, el pavimento exterior permeable favorece la infiltración natural de agua, evitando la sobrecarga de los sistemas de alcantarillado durante la temporada de lluvias.
El trabajo de Angela Stassano en arquitectura bioclimática tropical ejemplifica una profunda comprensión de los desafíos y oportunidades ambientales locales. Sus proyectos y su investigación en curso reflejan un compromiso con soluciones de diseño sensibles al contexto que sean accesibles y replicables. Las mediciones realizadas en el complejo muestran que la utilización de técnicas bioclimáticas para el diseño puede reducir el costo promedio del consumo eléctrico de una casa pequeña en al menos un 25% en comparación con una casa normal de la zona que depende de refrigeración mecánica que consume mucha energía.
Al incorporar estrategias como permeabilidad, transiciones térmicas, chimeneas ventiladas y cimientos elevados, Stassano demuestra que la arquitectura en el norte de Honduras puede trabajar con la naturaleza, no en contra de ella, para fomentar entornos de vida más saludables, resilientes y energéticamente eficientes. Sus lecciones sobre diseño bioclimático tropical ofrecen conocimientos valiosos no sólo para Honduras sino también para climas similares en Centroamérica y más allá.
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